pub-6767527115832679 ¿Cómo diferenciar entre berrinche y crisis sensorial?

¿Cómo diferenciar entre berrinche y crisis sensorial?


¿Cómo diferenciar entre berrinche y crisis sensorial?

Uno de los caminos más largos de recorrer es el del aprendizaje sobre quién es tu hijo. Ya hemos logrado entender que, a pesar de compartir una condición, las personas con TEA no son iguales entre sí. Y uno de estos caminos está relacionado al reconocimiento de crisis y berrinches.

Muchos de nuestros niños y niñas se ven enfrentados más frecuentemente de lo que quisiéramos a eventos de crisis emocionales, sensoriales y también, frustraciones que terminan en conductas inapropiadas y muchas veces, difíciles de controlar. Por esto, es de gran importancia aprender sobre la diferencia entre berrinche y crisis sensorial, ya que nuestro proceder ante cada uno será totalmente diferente.



¿Que es una crisis sensorial?

Los berrinches

Lograr identificar un berrinche no es tarea difícil, su principal característica es que el niño quiere lograr algo a cambio, ya sea, un objeto, la atención de una persona, un momento, etc. Los llantos y manifestaciones de rabia, frustración y tristeza desaparecen en la medida que el adulto ceda y satisfaga la solicitud del menor; por lo tanto, el motivo es conocido.
Si bien, son esperables en el desarrollo de los niños, es necesario saber guiar estas manifestaciones emocionales de la mejor manera posible. Alrededor del año y medio y los tres años de edad cronológica se desarrollan los berrinches como expresión de la ambivalencia entre la necesidad de la autonomía y la dependencia, por lo que el descontrol emocional es parte de la evolución del desarrollo socio-emocional. Sin embargo, nuestros niños con TEA, presentan un retraso en su desarrollo global, por lo que podríamos vernos expuestos a la vivencia de esta etapa, mucho después de los tres años.
Es importante entender que a pesar de que nuestros niños presenten una condición diferente, poner límites es fundamental para la reducción de los berrinches como conducta habitual.

¿Qué debo hacer ante un berrinche de mi hijo con TEA?

En primer lugar, debemos dejar de mirar el berrinche como una conducta negativa del niño/a, ya que si logramos manejarlo, estaremos ayudando a nuestros niños a comprender sus emociones, expresarlas y controlarlas. Generalmente esto ocurre frente al «NO» o a la frustración por no obtener o lograr algo, lo que produce rabia o tristeza, emociones, que como parte de la condición son difíciles de comprender, expresar y controlar. Para esto, puedes probar con los siguientes consejos:

Validar la emoción: Al mencionar la emoción que estamos observando, estaremos ayudando al niño a comprender lo que está sintiendo y que además, no es algo malo, no debe temer por estar sintiendo algo que no comprende o no puede expresar. Esto ayudará a disminuir la intensidad del berrinche y a focalizar la atención en lo que tienes para decir/ofrecer. Ejemplo: «¿Estás enojado porque mamá no quiso comprarte esas galletas? Está bien, yo entiendo que estés enojado…» Es importante, estar a su altura para generar contacto visual y asegurarte de que comprende lo que estás diciendo.


  • Explicar con palabras sencillas: Necesitas que tu hijo comprenda por qué no puede obtener lo que quiere, pero sin mayores explicaciones. A menor cantidad de palabras, mejor comprensión. Ejemplo: «no podemos comprar galletas, porque es hora de cenar».


  • Cambiar foco de atención: básicamente lo haremos a través de la oferta de solución o alternativa al requerimiento inicial. Ejemplo: …y recuerda que después de cenar veremos tu película favorita juntos!


  • ¡No ceder frente a la conducta! Es muy importante que no cedamos si ya dimos una respuesta clara. De igual manera, todos los integrantes de la familia deben actuar como un bloque, manteniendo la decisión tomada. De otro modo, estaríamos fomentando la utilización del berrinche como técnica para obtener lo que él/ella desea, sin la necesidad de pedirlo de manera controlada.

Las crisis sensoriales

A diferencia de los berrinches, las crisis sensoriales parecieran no tener un motivo u origen aparente. Ocurren en momentos inesperados y podemos observar conductas como:
  1. El llanto no cede ante el ofrecimiento de cualquier otro estímulo, inclusive aunque sea su favorito o un objeto que comúnmente lo calme.
  2. Se pueden visualizar reacciones fisiológicas como: enrojecimiento de la piel, aparición de manchas, sudoración, palpitaciones, vómitos, entre otras.
  3. El menor pareciera no escuchar lo que le dicen, ni logra calmarse
Las crisis sensoriales se producen por el exceso de un estímulo o de la combinación de éstos y puede producirse en cualquier canal sensorial. Generalmente están asociados al perfil sensorial del niño. Si tu hijo presenta hipersensibilidad auditiva es muy probable que experimente una crisis frente a la exposición a un ambiente muy ruidoso como un centro comercial, reuniones sociales o lugares muy concurridos.

¿Qué debo hacer ante una crisis sensorial?

El primer paso y el más rápido en ejecutarse, debe ser siempre quitar el estímulo detonador o sacarlo del lugar. Una vez quitado el estímulo, la crisis debería comenzar a disminuir, sin embargo debe ser acompañado de un estímulo que contrarreste ese aumento de alerta a través del miedo, la angustia y la molestia sensorial; para esto, ocuparemos la propiocepción , que nos ayudará a disminuir los niveles de alerta y así, llegar a la calma. Lo puedes hacer a través de un abrazo apretado o con alguna actividad física posterior, de alta intensidad, como correr, saltar, etc. Una vez que el menor se calme, en lo posible, debemos tratar de identificar el estímulo detonador, con el fin de poder trabajarlo junto a los especialistas indicados.
Otra de las técnicas de manejo de crisis sensorial, es la prevención de éstas. Si ya lograste identificar qué le molesta a tu hijo, puedes informarlo a su terapeuta ocupacional y también, como medida inmediata, puedes utilizar técnicas compensatorias como el uso de tapones en el caso de niños con hipersensibilidad auditiva o el uso de temperaturas frías previo a la alimentación con el fin de adormecer la zona oral y así, disminuir las molestias ante algunas texturas de alimentos.
Por último, es muy relevante que como adulto, siempre mantengas la calma, ya sea ante un berrinche o una crisis. El control siempre debe tenerlo el adulto, ya que de esta manera podrás darle la seguridad emocional a tu hijo o familiar con TEA, para comenzar a vincularse contigo, comprender sus emociones, aprender a identificarlas y a manejarlas de mejor manera.
¿Te gustó el artículo? Esperamos que te haya servido para encontrar la diferencia entre berrinche y crisis sensorial. Si quieres profundizar en el tema o hacerle preguntas a expertos te recomendamos tomar el curso «Habilidades parentales»

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